martes, 9 de junio de 2009

Ciudadano Piria

Un documental de creación sobre el creador de la ciudad de
Piriápolis
Idea:

Esta es la historia de Francisco Piria, el creador de la única ciudad en el mundo construida únicamente por un particular.


Sinopsis:

Esta es la historia de Francisco Piria, el empresario más insólito del Uruguay.

Montevideano, hijo de genoveses, que de la nada llegó a poseer una de las mayores fortunas de la época, y de ser el personaje más popular.

Instruído desde niño por un monje jesuita. Una familia numerosa con altibajos económicos. Huérfano de padre, Francisco Piria forja un temperamento a prueba de todo. Esta es la historia de un hombre que tuvo un sueño y lo cumplió.

A 98 kilómetros de Montevideo, capital del Uruguay, se yergue la ciudad balnearia de Piriápolis. Es la única ciudad del mundo creada por un particular y al mismo tiempo, plena de simbología alquímica y esotérica en cada uno de sus rincones...

La meta de este film documental, es recuperar su legado, su historia de vida, sus obras faraónicas, sus caprichos excéntricos, sus conflictos amorosos y de familia.

Percibir el increíble parecido con la historia cinematográfica de Orson Welles, “Citizen Kane”, con la de Piria.

¿Qué hacía en su castillo, rodeado de plantas exóticas traídas de Egipto?

¿Por qué tenía en su castillo, puertas que conducían a la nada?

¿Qué pasó con la iglesia que construyó y la curia rechazó y ahora es un despojo de escombros?

¿Maltrataba a sus obreros? ¿Era denostado en su época?

¿Qué pasa con las leyendas que versan, sobre apariciones del mismo Piria en los alrededores del Castillo y en la Sierra de las ánimas?

Piria, un apellido que significa fuego. El fuego que provocó la mayor tragedia de Piriápolis, el duelo de Arturo Piria y su mano derecha, Carlos Bonavita.

El fuego en el ímpetu de un hombre que no podía quedarse quieto. Escritor de literatura fantástica, empresario, magnífico publicista, supuesto alquímista, dueño de una ciudad con su nombre.

Este es nuestro reto, contar una vida de un gran hombre, plena de historias fantásticas…
Gustavo Leonel Mendoza
*Retrato de Piria: Realizado por Eugenia Zanardi


Motivación:

En Uruguay, ciudad de Piriápolis, se realiza anualmente un festival de cine llamado “Piriápolis de Película”. Allí proyecté cortometrajes y documentales de mi autoría durante dos años. Estando ahí, la segunda vez, en vez de disfrutar del aire marino, meterme a la pileta climatizada de agua salada o tomar cerveza Pilsen mirando el paisaje, decidí realizar un documental sobre Francisco Piria, el creador de esa ciudad.

Un hombre increíble, que fue como un “Ciudadano Kane” de la República Oriental del Uruguay, realizando con su propio dinero la única ciudad en el mundo construida únicamente por un particular, trayendo de Europa para su magna obra a ebanistas, vidrieristas, enólogos, arquitectos, como también cientos de obras de arte y muebles para su propósito de grandeza. Además de haber sido martillero y fundar decenas de barrios montevideanos, haber tenido un periódico, intentar entrar en política, ser pionero en el turismo de salud, ser alquimista y escribir ciencia ficción en el año 1898, como un Julio Verne de Sudamérica.

El encanto de esta ciudad me subyugó desde el día que fui a recorrer “la iglesia”. Una catedral sin terminar y sin consagrar, que se erige como un oscuro fantasma de cemento, en la ruta que conduce al Pan de Azúcar. Una construcción religiosa lamentablemente deteriorada (hoy es un depósito de leña), que sigue exigiendo respeto por su sola presencia. La imagen que me generó esa iglesia me dejó pasmado, una mezcla de terror y de perturbadora atracción. Y me dije, acá hay una historia.

La cámara también llegará a Montevideo (al actual Palacio de Justicia, mansión donde Piria pasó parte de su vida) y a la ciudad de La Plata, en Buenos Aires (donde tenía una casona que está abandonada en estos momentos). En Piriápolis tuvo un castillo de líneas arquitectónicas templarias, que fue el laboratorio de sus experimentos alquímicos. Este era uno de los misterios de Piria. ¿Qué hacía en su castillo? ¿Qué es la alquimia en realidad? ¿Fue un invento generado por su hijo Arturo y que Francisco Piria nunca fuera alquimista?

Más allá del resultado de sus experimentos en el laboratorio, lo que es seguro es que consigue una transformación. Logra convertir las 2700 cuadras de campo que comprara en 1890, en un floreciente balneario. El sol, el oro que buscaba, fue sembrado, pulverizado sobre los cerros, en sus faldas, en la rambla, en los edificios; y los símbolos alquímicos quedaron distribuidos por todos lados: vírgenes, ángeles, leones alados, perros de caza, águilas, rosas... y algunos otros elementos extraños como una puerta ficticia en una de las paredes del castillo de Piriápolis o el de su casa en Montevideo, que no conducían a ningún lado, de este mundo, al menos.

Seguramente, no sería extraño encontrarse algún fantasmita juguetón en las antiguas habitaciones del Argentino Hotel, que con acierto guarda escenarios de un siglo atrás. Si no podemos ver espectros, al menos sí reparar en algunos de sus símbolos alquímicos, como uno de los leones alados a la entrada del hotel, que mira hacia el mar, quizás buscando a través de una ventana secreta en el horizonte, ese supremo conocimiento que prometía la alquimia
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